Santa Cruz, Guanacaste.- miércoles 29 de julio de 2009.- Con un vehemente llamado a las partes en conflicto en Honduras, para que cedan y logren un acuerdo nacional y una fuerte advertencia a todas las naciones de Mesoamérica sobre la necesidad de fortalecer la democracia ante la posibilidad del quebranto del orden constitucional, el Presidente de la República, Óscar Arias Sánchez, inauguró hoy en horas de la mañana la XI Cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla.
Durante la ceremonia de apertura que se realizó en el Hotel JW Marriot en Hacienda Pinilla en Santa Cruz, Guanacaste, el Jefe de Estado destacó que la democracia, “es un sistema incompatible con el descanso” y que aquello que se construye con mucho ahínco, puede destruirse en poco tiempo, tal y como lo demuestra la situación política en Honduras, crisis que debe servir “para no cometer los mismos errores”.
“Por más de veinte años labramos con denuedo la paz y el Estado de Derecho en nuestras naciones centroamericanas. Por más de veinte años hicimos prevalecer la ley sobre la fuerza, y la institucionalidad democrática sobre el capricho individual. Por más de veinte años reforzamos la existencia de gobiernos elegidos por el pueblo, respaldados por poderes independientes y mutuamente controlados. Por más de veinte años tejimos con paciencia un manto constitucional para cobijar a nuestros ciudadanos. Y una noche bastó para que una Penélope violenta destejiera aquel manto y anudara su lana en un ovillo enredado, que la comunidad internacional ha calificado como un golpe de Estado. El sol se puso sobre una frágil democracia centroamericana, y amaneció sobre una democracia quebrantada. Valga esta trágica historia como una advertencia para todas las otras democracias del continente, que no están exentas de correr igual designio. Valga esta historia para recordar que de fortaleza institucional se trata.
“La mayor afrenta que podemos prodigarle al pueblo de Honduras en estas horas de incertidumbre, es la de desechar las lecciones que su experiencia invoca. Más de siete millones de hondureños nos piden que tengamos, al menos, la sabiduría de no cometer los mismos errores. Así es que hagamos de Honduras el cristal con que miremos los temas de esta Cumbre”, expresó Arias Sánchez.
La actividad se llevó a cabo en el hotel ante la presencia de los mandatarios de México, Felipe Calderón; de Colombia, Álvaro Uribe; de Guatemala, Álvaro Colom; de El Salvador, Mauricio Funes; de Panamá Ricardo Martinelli; el vicepresidente designado de Honduras, Aristides Mejía; el Primer Ministro de Belice, Gaspar Vega; y otros dignatarios internacionales, así como el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza y el Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, entre otros.
Ceder posiciones
El Jefe de Estado hizo un llamado al gobierno hondureño dirigido por Roberto Micheletti, para que ceda y respalde el “Acuerdo de San José” y de esta forma, acabar con un conflicto interno que únicamente daña a ese país, pues la comunidad internacional ha empezado a aislar a Honduras, por lo que llamó a sus líderes a dar un paso al frente y buscar la vía del diálogo y la concertación.
“La nación hondureña enfrenta ahora dos posibilidades: o revierte el camino andado, anulando ciertos actos, aunque hayan sido adoptados de buena fe y con la plena convicción de obedecer a las leyes y a la Constitución de la República; o enfrenta el ostracismo absoluto. Eso no es una amenaza ni un signo de enemistad hacia el pueblo hondureño. Es, tan solo, la reacción que el Derecho Internacional prevé para este tipo de circunstancias. Muchos hondureños han demostrado cierta valentía en pretender soportar la condición de paria en la comunidad internacional, durante los próximos seis meses. Pero esa supuesta valentía, que procura preservar la dignidad del pueblo de Honduras, le hace daño al mismo pueblo que pretende proteger. Porque antes que un sentido de dignidad y de perfección democrática, el pueblo hondureño necesita pan y agua. Y eso quiere decir, en la práctica, comercio exterior, producción interna estable, inversión extranjera y ayuda internacional. Ninguna de esas cosas existirá si no se reestablece el orden constitucional. Ignorarlo no es señal de heroísmo sino de ceguera”, manifestó.
Arias Sánchez destacó la importancia del “Acuerdo de San José” como la mejor vía para acabar con el conflicto que divide a Honduras y aseguró que la propuesta “es una semilla sin germinar, que puede aún ser plantada en terreno fértil o dejada a su suerte en terreno yermo”.
“Como mediador en este conflicto, he presentado a los sectores hondureños, y a la comunidad internacional, un documento conocido como el Acuerdo de San José. Quiero agradecerles profundamente por haberle dado su apoyo. Hoy les pido que no desistamos en este esfuerzo. No bajemos los brazos en la lucha por lograr una solución pacífica al conflicto hondureño”, concluyó.
Durante la ceremonia de apertura que se realizó en el Hotel JW Marriot en Hacienda Pinilla en Santa Cruz, Guanacaste, el Jefe de Estado destacó que la democracia, “es un sistema incompatible con el descanso” y que aquello que se construye con mucho ahínco, puede destruirse en poco tiempo, tal y como lo demuestra la situación política en Honduras, crisis que debe servir “para no cometer los mismos errores”.
“Por más de veinte años labramos con denuedo la paz y el Estado de Derecho en nuestras naciones centroamericanas. Por más de veinte años hicimos prevalecer la ley sobre la fuerza, y la institucionalidad democrática sobre el capricho individual. Por más de veinte años reforzamos la existencia de gobiernos elegidos por el pueblo, respaldados por poderes independientes y mutuamente controlados. Por más de veinte años tejimos con paciencia un manto constitucional para cobijar a nuestros ciudadanos. Y una noche bastó para que una Penélope violenta destejiera aquel manto y anudara su lana en un ovillo enredado, que la comunidad internacional ha calificado como un golpe de Estado. El sol se puso sobre una frágil democracia centroamericana, y amaneció sobre una democracia quebrantada. Valga esta trágica historia como una advertencia para todas las otras democracias del continente, que no están exentas de correr igual designio. Valga esta historia para recordar que de fortaleza institucional se trata.
“La mayor afrenta que podemos prodigarle al pueblo de Honduras en estas horas de incertidumbre, es la de desechar las lecciones que su experiencia invoca. Más de siete millones de hondureños nos piden que tengamos, al menos, la sabiduría de no cometer los mismos errores. Así es que hagamos de Honduras el cristal con que miremos los temas de esta Cumbre”, expresó Arias Sánchez.
La actividad se llevó a cabo en el hotel ante la presencia de los mandatarios de México, Felipe Calderón; de Colombia, Álvaro Uribe; de Guatemala, Álvaro Colom; de El Salvador, Mauricio Funes; de Panamá Ricardo Martinelli; el vicepresidente designado de Honduras, Aristides Mejía; el Primer Ministro de Belice, Gaspar Vega; y otros dignatarios internacionales, así como el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza y el Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, entre otros.
Ceder posiciones
El Jefe de Estado hizo un llamado al gobierno hondureño dirigido por Roberto Micheletti, para que ceda y respalde el “Acuerdo de San José” y de esta forma, acabar con un conflicto interno que únicamente daña a ese país, pues la comunidad internacional ha empezado a aislar a Honduras, por lo que llamó a sus líderes a dar un paso al frente y buscar la vía del diálogo y la concertación.
“La nación hondureña enfrenta ahora dos posibilidades: o revierte el camino andado, anulando ciertos actos, aunque hayan sido adoptados de buena fe y con la plena convicción de obedecer a las leyes y a la Constitución de la República; o enfrenta el ostracismo absoluto. Eso no es una amenaza ni un signo de enemistad hacia el pueblo hondureño. Es, tan solo, la reacción que el Derecho Internacional prevé para este tipo de circunstancias. Muchos hondureños han demostrado cierta valentía en pretender soportar la condición de paria en la comunidad internacional, durante los próximos seis meses. Pero esa supuesta valentía, que procura preservar la dignidad del pueblo de Honduras, le hace daño al mismo pueblo que pretende proteger. Porque antes que un sentido de dignidad y de perfección democrática, el pueblo hondureño necesita pan y agua. Y eso quiere decir, en la práctica, comercio exterior, producción interna estable, inversión extranjera y ayuda internacional. Ninguna de esas cosas existirá si no se reestablece el orden constitucional. Ignorarlo no es señal de heroísmo sino de ceguera”, manifestó.
Arias Sánchez destacó la importancia del “Acuerdo de San José” como la mejor vía para acabar con el conflicto que divide a Honduras y aseguró que la propuesta “es una semilla sin germinar, que puede aún ser plantada en terreno fértil o dejada a su suerte en terreno yermo”.
“Como mediador en este conflicto, he presentado a los sectores hondureños, y a la comunidad internacional, un documento conocido como el Acuerdo de San José. Quiero agradecerles profundamente por haberle dado su apoyo. Hoy les pido que no desistamos en este esfuerzo. No bajemos los brazos en la lucha por lograr una solución pacífica al conflicto hondureño”, concluyó.
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